Sentir el peso de querer complacer a todo el mundo.
No darle valor a lo que somos al decirle que sí a todos y a todo.
Tener miedo al rechazo cuando decimos que no...
¡Está del asco!
Por eso SABER DECIR QUE NO y aprender a decir que no es VITAL si estás en tu adolescencia/juventud.
Te veo acá adentro.